Regulan los alimentos nuestro estado de ánimo? 


Los alimentos tienen que ver con nuestros estados de ánimo. Así, podemos decir que los ritmos de alimentación positivos y la adecuada selección de alimentos favorecen la regeneración de tejidos y sistemas (hígado, páncreas, glándulas suprarrenales, sistema límbico, sistema inmunológico, entre otros), lo cual permite una adaptación más rápida a los contratiempos no previstos (estrés, enfermedades).

Disponemos de nutrientes “buenos” para sostener o elevar el estado de ánimo positivo. Aminoácidos: triptófano, fanilalanina y tirosina; algunas vitaminas del complejo B y minerales como el magnesio y el zinc.

Triptófano: se transforma en serotonina (es su precursor). La serotonina es un neurotransmisor responsable de estabilizar o elevar el estado de ánimo. También actúa como calmante natural.
Fuentes alimentarias: Banana con leche (licuado), chocolate (amargo y puro), remolacha, brócolis, zanahoria, coliflor, apio, endivias, espinaca, soja y derivados, berros, brotes de alfalfa.


Fenilalanina: también es un componente esencial en la formación de norepinefrina del cerebro. Este neurotransmisor favorece, al igual que la serotonina, estados de ánimo positivos.
Fuentes alimentarias: palta, almendras, legumbres, perejil, ananá, tomate, espinacas, soja y derivados.


Tirosina: al ser ingerido, pasa de la sangre al cerebro y su acción es contrarrestar estados de ánimo negativos al interactuar con otras glándulas (suprarrenales, tiroides) y nutrientes (vitamina B3, C y ácido fólico) para producir norepinefrina y dopamina.
Fuentes alimentarias: almendras, manzanas, espárragos, palta, zanahoria, lechuga, espinacas, soja y derivados, sandía, pepino, perejil, berros.

Vitaminas del complejo B
La vitamina B6 juega un papel importante en la transformación del triptófano en serotonina. Desequilibrios de esta vitamina son frecuentes en mujeres con síndrome premenstrual y menopausia. También esta vitamina metaboliza el ácido glutamínico, el cual es un neurotransmisor que ayuda a la transmisión de información desde cualquier parte del cuerpo al cerebro, reforzando la rapidez del pensamiento.
Ácido Fólico: junto con la vitamina B12 y un derivado de la metionina regula los neurotransmisores elevando serotonina, dopamina y S-adenosiletionina.
Vitamina B1 o tiamina: es importante para regular el metabolismo de los hidratos de carbono, la producción de energía y la función de las células nerviosas. Su déficit lleva a la irritabilidad.
Vitamina B3: ayuda al metabolismo de los hidratos de carbono (combustible para el cerebro) y producción de un efecto relajante (niacinamida).

Fuentes de vitaminas B: levadura de cerveza, cereales integrales, semillas, frutas secas, legumbres, soja y derivados, banana, papa, palta (entre las fuentes más importantes).

Minerales:
El magnesio produce un efecto sedante sobre el sistema neuromuscular. Los alimentos ricos en este mineral son las frutas secas, palta, arroz integral, vegetales de hojas verdes oscuras, zanahorias, lentejas, papas, cítricos, semillas, tomate.

Junto con el magnesio, el zinc colabora con este efecto sedante. Además de colaborar con la formación de insulina en el páncreas y síntesis de proteínas. Fuentes alimentarias: frutas secas, avena, semillas de calabaza, perejil, papas, cereales integrales.

Recordemos que una curva de glucemia normal, la cual se logra  con una buena selección de alimentos (disminuyendo los refinados, azúcar, harinas blancas y procesados al mínimo y eligiendo aquellos frescos) evitando saltearnos comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y realizando ejercicios físicos hace que siempre tengamos el combustible necesario para que nuestro cerebro funcione adecuadamente.